Antonio Basagoiti, presidente del PP en Euskadi y candidato a lehendakari, se ha sometido a un «videochat» en El Correo y entre otras lindezas ha respondido así a la pregunta de un lector:
¿Le parece razonable que las familias de los asesinados en la Guerra Civil y que están en fosas recuperen sus cuerpos, o le parece un tema sin importancia actual y ahondar en el pasado como opina algún dirigente de su partido? (Asier)
Me parece razonable que la gente entierre a sus familiares y los recupere con la mayor dignidad posible. Con lo que no estoy de acuerdo es que se vuelva a las dos Españas porque tenemos que mirar al futuro.
En fin, eso es, como diría Krahe, «hablar con lengua de serpiente», o «hablar para no decir nada», o «tirarse a la piscina o no mojarse». Antonio, Antonio, no se puede decir una cosa y la contraria sin caer en contradicción, pero claro, zuri bost axola, ¿no?
Recordemos algunos principios de la propaganda de un tal Goebbels de infausto recuerdo:
1.Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
2.Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
3.Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. «Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
4.Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5.Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
6.Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad».
7.Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8.Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9.Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10.Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11.Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad.
No pretendo equiparar a ese criminal(Goebbels), con nadie de un partido político democrático, pero es que parece ser que en TODOS los partidos, y en el de Basagoiti también, se han aprendido esos 11 principios y los aplican con ganas, maña y desvergüenza.
Y de aquí a la primavera nos van a tocar ejercicios como éste, día sí y día también, entre otras cosas porque les han dicho que han de ser políticos 2.0, quieran o no. Seguirán nuevas entregas con todos los que pasen por la palestra. Para lengua viperina, la mía.
PS: Jo! Qué ganas tenía de poner estos 11 principios en un blog.
Politicos 2.0 con lenguaje y mentalidad 1.0.=engañifa.