Cuando uno va a Pirineos se da unas palizas de muerte en sus montes, pero sólo hasta media tarde donde bajas fundido después de 8 horas desnivel arriba, desnivel abajo. De esas tardes de charla alrededor de nuestras bebidas rehidratantes surgió algo que últimamente ocupa y preocupa a mucha gente:
El FÚTBOL frente a otros deportes se está quedando obsoleto y aburrido (tanto en vivo como por TV).
Deportes de equipo como el baloncesto, el balonmano, el fútbol 7, el fútbol sala, el voleyball, todos o casi todos evolucionan pero el fútbol ese que tanto se empeñan en dar las teles, ese deporte jugado por millonarios (alguno de los otros también), sigue con reglas que, a la vista de mis compañeros de sufrimiento en las cuestas, o cambian o van a ver vaciarse los campos y las audiencias televisivas. Mis compañeros proponían una serie de modificaciones que dejo aquí a vuestro poderoso intelecto para que aportéis pistas:
- Jugar en tiempo real, es decir, detener el reloj cuando no se esté jugando como en el basket. Ahora es vergonzoso ver cómo el tiempo real de juego de un partido de 90 minutos suelen ser de 40, o sea, que entre faltas, caídas simuladas, puestas de barrera, colocaciones y muchos metros por correr, SOBRA UNA PARTE así que jueguen sólo eso y la duración será parecida.
- Expulsiones temporales, como en balonmano, de esas de 2 o tres minutos que le harían mucha pupa al equipo agresor y le darían mucho interés al juego a la vez que mejoramos el fair play.
- Ojo de halcón, o poder ver las jugadas dudosas en pantallas que podrían consultar los arbitros, tal y como se hace hoy en fútbol americano o en tenis, y creo que hoy mismo se ha hecho en balomano olímpico.
- Pintar una línea nueva entre el medio campo y el inicio del área grande a partir de la cual ya no hay fuera de juego. Esto ya se ha experimentado en categorías inferiores pero los millonarios de las ligas BBVA no quieren correr más de la cuenta.
- Penalty-corner. Como en el hockey hierba. Se saca de donde confluyen la línea del área grande y la de fondo.
- Saques de banda con el pie. Todos y desde cualquier sitio. Esto también se ha experimentado en categorías inferiores y no sé los resultados.
- Tiempo mínimo para pasar de medio campo. Ya está bien de centrocuentismo.
- A partir de 10 faltas o así, lanzamientos sin barrera. Por fin veríamos pocas faltas o muchos goles.
- Se pueden hacer cambios como en el basket, o sea, todos los convocados pueden jugar, entrar y salir como en el balonmano también. La estrategia funcionaría mucho más que ahora.
- A partir de cierto número de tarjetas se pierden puntos en la clasificación.
Y una de miscelánea:
Prohibir la entrada de familiares en las competiciones de deporte base, esas donde padres y madres se afanan en insultar al arbitro o en gritarle lindezas a su hijo/a como «mátalo», «dale, que no pase», «si es que tu entrenador no tiene ni idea»…
Hala! ahí queda eso. Seguro que los futboleros tienen algo que decir.
Si introducen estos cambios, Lillo se suicida. Después de visionar varios millones de partidos de fútbol, acumular estadísticas, describir jugadores y todo eso, tendría que empezar de cero.
Algunas de las propuestas me gustan, otras menos. En realidad, no sé si quiero que haya más goles en los partidos porque para eso ya están el baloncesto y el balonmano, que -la verdad- no terminan de molarme.
Habría más oportunidades de gol, nada más, porque que la bola entre es otra cuestión. De nuevo se puede hablar aquí de un conflicto de generaciones porque a muchos adolescentes de nueva hornada el fútbol les aburre soberanamente ya que les han salido los dientes con espectáculos con muchos más megaherzios. Esto es como lo de la radio… ¿se engancharán después?
Post leído, contestación cocinándose 😉
Sí, es verdad, meterla es otra cosa. Lo de los adolescentes lo ignoraba. ¿Qué se supone que les gusta ahora? Hombre, sus gustos cambiarán aunque -efectivamente, como en el caso de la radio- no sabemos en qué dirección. Yo, la verdad, veo el fútbol bastante robusto en lo que a afición se refiere.
Al progresista que hay en mí le gustan algunas de esas medidas; al conservador, sin embargo, muchas le parecen una liada… y demasiado parecidas a las normas de otros deportes, cuando el fútbol se supone que es la base de todas las demás competiciones…
Me quedo con lo de los familiares en el deporte de base.
En cualquier caso, no creo que casi nadie busque divertirse en el fútbol. De hecho, nueve de cada diez prefieren que su equipo juegue mal y gane que la viceversa.
Vale Mikel, hablemos de fútbol. Yo soy un clásico y aunque supongo que se te pondrán los pelos como escarpias proclamo que el fútbol tal cual está, es perfecto, o casi. Es un deporte que lleva más de un siglo prácticamente con el mismo reglamento, las famosas, ‘trece reglas’, que ahora son diecisiete, tan lógicas y claras que las aprende un niño en un minuto (otra cosa son los árbitros, je, je). Lo más complicado y lo que siempre preguntan los nuevos es el asunto del fuera de juego.
Esa tentación de copiar a otros deportes o a otras culturas siempre está ahí y la verdad es que no sé por qué. Yo creo que si los otros cambian es porque lo que tienen no les acaba de funcionar y tienen que buscar alternativas que mejoren el espectáculo. El fútbol es así y a los futboleros nos gusta tal cual.
Esas cosas del ojo de águila y tal, están bien en una cancha de tenis, pero aplicarlo en un campo de fútbol parece más complicado.
Las cámaras y el visionado se podrían establecer en San Mamés, por ejemplo, pero ¿en Padura o en Las Llanas también?. Entonces tendríamos dos deportes: el de los pudientes y el de los otros.
Concedo que ha habido un cambio que ha favorecido el juego: la prohibición de ceder el balón al portero y te concedo que se podría probar a impedir la entrada de los padres/madres/tíos carnales en las competiciones infantiles.
Perdón, se me olvidaba. Un saludo al jukebox y a su Diario de K. Un hallazgo.
Gracias, Juan Carlos. En realidad, una bobada inspirada por el personaje que nos ha caído en gracia.
Y suerte en esta Liga.
Veamos, no hay que cambiar nada. vale. Sigamos jugando con un balón de cuero sin plastificar y no con los globos que hay ahora; sigamos con aquellos ropajes de los años veinte tan abrigaditos ellos; sigamos con esas 13 (o 17) reglas porque parece que a los futboleros les cuesta aprender y a los futbolistas les resulta imposible, claro.
Señores, los partidos hoy se televisan, la tele pone un montón de pasta para ello, y ve cómo en ese deporte tiene que concentrar la publicidad en el cuarto de hora del descanso si no contamos la estática, y de lo que se están dando cuenta es de que la gente zappea cada vez más en los partidos: que si un piscinazo, que si alguien se duele como si se muriera, que no se pasa de medio campo. Un deporte de 100 minutos con 40 de fútbol real es un fraude con todas las de la ley. Ah, claro, es el deporte rey porque como sólo tiene unas pocas reglas lo pueden aprender hasta los de CI más bajo y la humanidad siempre ha tendido a la estupidez. Como decía Einstein: Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy seguro.
O el fútbol cambia o la tele va a hacer el cambio a la fuerza.
Claro que hay muchas cosas que han cambiado, por ejemplo que los jugadores lleven su nombre en la camiseta y que el delantero centro juegue con el 2 a la espalda (¡sacrilegio!), pero ha cambiado lo accesorio y supongo que por ahí seguirán las novedades. Las competiciones que antes eran por sistema de Copa (copa de europa) ahora se alargan en liguillas insufribles sólo para asegurar más partidos televisados. Ahora la Liga se llama Liga BBVA, y cosas de esas.
Pero insisto, si se cambia el reglamento se cambia el juego y entonces estaríamos hablando de otro deporte (o de otro espectáculo) distinto del fútbol que es el que le gusta a todo el mundo en el sentido más amplio del término. Y la televisión lo sabe porque no tiene más que repasar las audiencias. De los diez programas más vistos el año pasado, cinco son partidos de fútbol.
El fútbol tal y como está, es el único deporte con arraigo en los cinco Continentes probablemente por la sencillez de sus normas y por la facilidad con la que se puede jugar: en cualquier superficie más o menos lisa, con dos palos, dos jerseys, dos piedras o dos tratados de astronomía como porterías, y una pelota que a veces hasta se puede sustituir por una lata de pimientos vacía.
Como bien dices ha cambiado lo accesorio, pero cada vez se oye más eso de que el fútbol aburre.
Sigue siendo un deporte de masas, es cierto, y millones de moscas no pueden equivocarse, claro, pero aquí como en casi todo habrá que ver la media de edad de los socios y/o de los televidentes. Algunos de mis alumnos (pocas alumnas van a San Mamés) me reconocen que se lo pasan bien en la Catedral y jugando en sus campos, pero que en la tele no les pone nada.
Yo creo que hay mucho de tradición más que de devoción, esto es, a mucha gente le gusta que así sea porque siempre ha sido así, pero luego ves un bar con la tele puesta en un partido del equipo de tus amores y no están hipnotizados (los jóvenes aún menos), sino que comentan, pasan de la pantalla y sólo miran cuando el comentarista sube la voz, que parece que le han metido una guindilla por el culo.
Veremos el futuro, pero gentes de Bilbao que van a ver al Bilbao Basket y a San Mamés reconocen que es mucho más intenso como deporte el basket que el fútbol. Juan Carlos, del forofismo no hemos hablado aquí, eh, sino de deporte de forma objetiva como espectáculo donde pasan cosas.
En Donostia, al menos, cuando subió el Bruesa, unos cuantos ya se dedicaron a ponderar las virtudes del basket frente a las del fútbol, ya que encima coincidió con otra de las muchas temporadas agónicas de la Real. Y así estuvieron toda la temporada, hasta que el Bruesa bajó de nuevo. Entonces, con enorme discreción se borraron del tema. Ahora la Real está en Segunda y el Bruesa ha vuelto a Primera. Veremos qué pasa.
En cuanto al fútbol, parece que la última Eurocopa ha estado bien en cuanto a partidos entretenidos o vistosos, pero hay que reconocer que los Mundiales llevan unos años de mediocridad rampante, tanto en lo que respecta a equipos como jugadores. No sé si necesita cambios tan radicales como los que se proponen, pero es como para mirarlo.
Como no soy nada forofo ni del fútbol ni del baloncesto pues me atrevo con aseveraciones como las de arriba. Además tampoco me dejo guiar por los sentimientos esos de «no me toques lo mío».
Los de la Eurocopa han sido muchos, muchos partidos, y salvo contadas excepciones y si eliminamos el hedor patrio ese, pues tampoco es que hay sido un dechado de goles y espectáculo. Según tengo entendido algunos partidos fueron un muermo del copón y eso pasa cada jornada en la liga BBVA, en la Bundesliga, en el Calcio y en la Premier, y eso que en esas ligas hay concentrado el PIB de media docena de países africanos. Cuando la novedad es que un partido ha resultado de poder a poder, atractivo sobremanera, es que el otro 98% es para olvidar, si quitas eso de «son mis guerreros contra los tuyos».
Yo tampoco soy forofo. De hecho, para olvidar me parece el 98% de casi todo.
Coincido con Latxaga; es más, se han probado novedades pero pocas se han consolidado.
Como padre, protesto (aunque tengáis razón). A mi me gusta ver jugar a mis hijos. Pero conste que, por mi experiencia, sucede en todos los deportes de base y escolar, no solo en el furbol.
Y también me aburro con el fútbol televisado. Prefiero verlo en vivo.
La propaganda… se te olvida Mikel esa luminosa que ponen ahora, que va cambiando… qué horror y cómo molesta, al menos en San Mamés donde yo suelo estar.
Por acabar este post, me gusta ver casi todos los deportes, especialmente los que se juegan con una pelota, y no sólo el fútbol.
Sí, se han consolidado muy pocas porque parece que los futboleros y los futbolistas tienen la cabeza muy dura, y cualquier novedad, ya sea camiseta de ketchup o que el delantero centro juegue con el 20, les/os repugna. Las carencias que como espectáculo tiene el fútbol se ven compensadas desde siempre por ese amor a los colores que os inunda, que se desparrama sobre nuestra geografía.
De esto último sabe mucho Latxaga con su nuevo libro sobre las ligas de los 80 del Athletic, aquel glorioso episodio de histeria colectiva, uy!… perdón! de histOria colectiva.
Mikel. es que un delantero centro con el 2, como que no 😉
Y nos podías contar que hiciste en el 83 y 84 en Leioa, que supongo estarías haciendo que estudiabas entre baserris, mus y facultad. Porque no sólo los futboleros estábamos en el homenaje a los leones 😀
Creo que fue cuando el doblete, bajé con unos amigos al recibimiento y estuvimos donde hoy se encuentra la boina esa de metal, o sea, muy cerca. Como yo no tenía ni bufanda, ni camiseta, es más, es que nunca he ido a ver al Athletic en un partido oficial, pues me colocaron una camiseta atada al cuello del número 8 (podía ser Urtubi?), y allí estuvimos esperando a los leones millonarios. Te puedo asegurar que ni el fútbol, ni esos recibimientos, han conseguido despertar en mí la histeria, por mucho que a mi lado a la gente se le hiciese el culo jariguay.
Ah, y la cafetería es uno de los sitios que menos visité en la Uni, es más, allí arriba estaba lo justo para las clases y poco más, porque lo interesante ocurría en Bilbao, y además eso de depender de que te trajeran o llevaran, ya fuera en bus o en algún coche de un colega, pues eso, que mejor aquí abajo que allí arriba.
Mikel, solo te falta decir eso tan original de que el fútbol es el opio del pueblo y que tu de joven ibas a cines de arte y ensayo en lugar de a una ordinariez como el recibimiento de un equipo campeón. El fulbol (como dice su presidente Villar) es como es y lo que es, un juego-deporte-espectáculo que tiene comido el coco a millones de seres humanos de todo el mundo desde que unos ingleses lo inventaron en el siglo XVIII. Algo tendrá que no tienen otros deportes.
En cuanto a lo del baloncesto coincido plenamente con el jukebox. Aquí también hubo una fiebre con el Caja Bilbao, ¿recuerdas? que duró lo que duró y se acabó. Si siguiera tu lógica y tu línea argumental, ahora tendría que decir que habéis sucumbido a la fascinación de los productos yankis y que a pesar de todo a San Mamés seguimos yendo 35.000 borregos cada quince días, y a La Casilla van 2.000 intelectuales si no les coincide con un concierto para ravel y clavicordio o con una película de Kurosawa, que entonces baja mucho la asistencia.
¡Ah! y hablando de espectáculo televisivo. ¿Conoces algo más monótono y aburrido que un programa de resúmenes de partidos de baloncesto?.
Ya te he dicho que fui al recibimiento que no a San Mamés, pero tampoco voy a la Casilla o a cines para snobs (seré un pedante, pero no un snob).
Lo de los borregos en San Mamés lo has dicho tú solito y así lo indexará Google, yo no me atrevo a tanto.
Y ya veo que me copias el tono sarcástico porque como de verdad pienses que el baloncesto es un deporte con público intelectual es que de verdad te crees lo del borreguismo de los futboleros.
A mí el baloncesto me la bufa también, pero desde el punto de vista del espectáculo es más vivaz, objetivamente. Y claro que un programa de resúmenes de baloncesto será diferente que el de fútbol porque resumir tantos minutos de juego real debe de ser muy difícil frente a lo fácil que lo tiene los del fútbol (les gusta lo fácil), cuando resumen las 4 únicas jugadas buenas que ha habido y repiten una y otra vez la única que ha acabado en gol.
Una jornada como la de segunda de ayer explica muchas cosas ya que de los 11 partidos disputados, hay al menos 6 crónicas que hablan de «centrocuentismo», aburrimiento, falta de oportunidad, poca creatividad… y eso que se llama la liga Adelante.
Algunos habrán sucumbido a los dEPOrtes yankis y otros a los sajones, ¿no?, ah, no, que somos muy vascos!!!